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Los orígenes del 8 de marzo

Hoy todo el mundo sabe qué se conmemora el día 8 de marzo. Y eso es una buena señal. Pero hace no tanto tiempo el Día Internacional de la Mujer era una fecha que, en el mejor de los casos, pasaba desapercibida. Han hecho falta muchos años, muchas mujeres referentes y muchos sacrificios para que el 8-M sea una fecha para celebrar lo conseguido, pero, sobre todo, un día para unirnos y recordar que todavía hay mucho camino por recorrer.


Aunque para seguir avanzando en la dirección correcta, conviene saber de donde venimos. Es por ello que hoy, día 8 de marzo de 2022, queremos hacer un breve repaso de cómo surgió tan señalada fecha, y porque es precisamente hoy y no otro día en que salimos a las calles a reivindicarla.



Punto de no retorno


Vayamos hacia atrás en el tiempo. Concretamente, 147 años. Ni un día más, ni un día menos, pues sería durante un 8 de marzo de 1875 cuando se cruzaría una línea a partir de la cual ya no hubo marcha atrás.


La manifestación de 1875 en Nueva York

En Nueva York, como en todo el mundo industrializado, las mujeres copaban casi todos los puestos de trabajo en el sector textil. Ese día, un grupo de trabajadoras de una fábrica del sector salió a manifestarse. Los salarios que percibían eran de menos de la mitad del que ganaban los hombres por trabajos que se consideraban de igual valor. La injusticia era flagrante, aunque la gran mayoría de hombres (y, porque no decirlo, de algunas mujeres) del momento no quisieron entenderlo. Y, cuando las vieron en la calle, organizadas y comprometidas a reclamar ya no la igualdad salarial, sino una mejora en sus condiciones, reaccionaron con violencia.


Aquel día, la policía reprimió a las trabajadoras de forma brutal. La violencia desproporcionada y un ensañamiento totalmente fuera de lugar acabaron con la vida de 120 mujeres, asesinadas por un destacamento de hombres uniformados cuyo cometido era, a priori, protegerlas.


El 8 de marzo de 1875 fue un día negro no solo para las mujeres trabajadoras, sino para todas las mujeres en general. Pero sería también el día que despertaría muchas conciencias acerca de una realidad terrible y denigrante que había que cambiar.


Por desgracia, esta tragedia no fue la única en el camino de las mujeres hacia la igualdad. 36 años más tarde, en 1911, 146 mujeres de otra fábrica murieron calcinadas al producirse un incendio dentro del complejo industrial en el que operaban. El motivo: los empleadores habían sellado las puertas del recinto para evitar que las trabajadoras robaran. De nuevo, la conmoción fue terrible, y sirvió para reafirmar el compromiso de muchas para con la igualdad entre mujeres y hombres. Fue este suceso el que provocó el surgimiento del Sindicato Internacional de Mujeres Trabajadoras Textiles.


No son pocos los que piensan que la asociación del movimiento por la igualdad con el color morado se debe a este trágico evento. La fábrica de Triangle Shirtwaist, donde ocurrió, producía telas de dicho color. Aunque no es un hecho demostrable, se cree que en las manifestantes que salieron a las calles durante los días siguientes llevaban este color en su memoria.



El establecimiento del 8 de marzo


Sin embargo, para cuando sucedió dicho incendio, el 8 de marzo ya había quedado establecido como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Así se decidió en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas en Estados Unidos, un día para conmemorar a todas aquellas que lucharon y para marcar el camino a recorrer que, como vaticinaron, sería largo y tortuoso.

La Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas

En 1911 se celebró por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, y se extendió paulatinamente al resto de países occidentales a medida que pasaban los años. Llegó al este de la mano de la activista rusa Alexandra Kollontai, que logró establecer el 8 de marzo como la fiesta oficial de la mujer trabajadora en la Unión Soviética el mismo año de su creación, y desde entonces se fue asentando poco a poco a nivel global.


En España, el 8 de marzo no se conmemoró hasta el año 1936 durante el que sería el último año de la 2ª República. Coincidiendo con la muerte del dictador en el año 1975, la ONU oficializó la fecha, definitivamente, el 1975.


Desde entonces, la afluencia y la notoriedad del 8 de marzo (o del ya más conocido como 8-M) han ido en aumento, ayudando a visibilizar y a tomar consciencia sobre la situación de desigualdad que, todavía hoy, viven muchas mujeres. Sea en las calles, en casa, en organismos públicos o en el trabajo.


Por ello, es de vital importancia que hoy recordemos. Que entendamos el camino recorrido y que tracemos el que nos falta para conseguir, de forma definitiva, la igualdad real entr